Un nuevo año en la ciudad costera y un nuevo
concurso de belleza, que contaba con el entusiasmo de los habitantes y de los
alegres turistas. Como siempre, las postulantes fueron homenajeadas en un yate
que las llevó en un hermoso paseo. Tomaron algo, bailaron, se divirtieron
mucho: el aire marítimo parecía darles toda la energía que los nervios y los
preparativos de los días previos les habían quitado. La que no se veía muy
contenta era la reina anterior. Aunque se aseguró de sacarse una foto con cada
una de las participantes, sonriendo y tomándolas cálidamente por la espalda.
Pasó un largo rato antes que se dieran cuenta que todas tenían chicle pegado en el pelo.
Pasó un largo rato antes que se dieran cuenta que todas tenían chicle pegado en el pelo.