jueves, 1 de agosto de 2013

Espasmos





Perdidos entre páginas de historia
(no hay escapatoria),
de tapa a contratapa acorralados,
de margen a vertientes confinados
(y a carne entregados),
los hombres, ¿se pelean por la gloria?

Y sin embargo llega a ser notoria
la estúpida euforia
que a cuenta de sus actos desmañados
pretende bautizar como angelados  
perniles enervados
que sirven para dar nombre a la escoria.

¿No es náusea lo que el alma en el reflejo
de sí misma en las aguas a que aspira
concibe cuando mira?
En eso el animal es muy distinto.

Si al hombre lo que toca en esta gira
es sólo lo que cabe en el pellejo,
ya basta de festejo;
no hay gloria en conducirse en el instinto.