viernes, 19 de abril de 2013

Vengo, vida











Me ha marcado la vida,
me ha escrito las espaldas.
Con sus diez mandamientos
me ha enlodado las faldas.
Sin embargo esperaba
como un niño inocente
de su savia preciosa
ese beso en la frente.
Sin embargo corría
al encuentro de ella
cual caricia anhelada
que no espera querella.
Me has marcado, oh, vida.
No has pedido disculpas.
Soy efigie que vengo
a pedirte que esculpas
corazón apropiado
que ligero me lleve,
grácil como gacela,
por este mundo breve.